Aunque el boticario duerme profundamente, su joven esposa sin embargo padece insomnio.
Asomada a la ventana, no puede evitar escuchar a dos hombres que, frente a la puerta de la farmacia, hablan de ella como de una mujer hermosa y muy deseable.
De inmediato, baja a la botica para atenderlos dispuesta a someterse al requiebro de tan inesperados clientes.
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