Si clásicos son los libros cuya lectura pueden repetirse año tras año y generación tras generación sin que nunca pierdan su interés, ésa es sin duda la razón por la que volvemos una y otra vez sobre Racine. La lectura -mejor reposada y repetida- de sus tragedias emocionará al lector como emocionó a sus contemporáneos: Madame de Sévigné, ferviente partidaria de Corneille y, en ese sentido, poco afecta a Racine, reconoce en una de sus cartas haber derramado más de seis lágrimas, cuando presenció la representación de Andrómaca.
“En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás”. Jackes Benigne Bossuet.
viernes, 31 de enero de 2014
ANDROMACA - JEAN RACINE
Si clásicos son los libros cuya lectura pueden repetirse año tras año y generación tras generación sin que nunca pierdan su interés, ésa es sin duda la razón por la que volvemos una y otra vez sobre Racine. La lectura -mejor reposada y repetida- de sus tragedias emocionará al lector como emocionó a sus contemporáneos: Madame de Sévigné, ferviente partidaria de Corneille y, en ese sentido, poco afecta a Racine, reconoce en una de sus cartas haber derramado más de seis lágrimas, cuando presenció la representación de Andrómaca.
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